sábado, 1 de marzo de 2014

Términos manipulados

Pasan los días, las horas, los momentos y estamos sumidos en una vorágine de sucesos que no valoramos con suficiente profundidad. La rutina nos absorbe y no somos capaces de controlar el timón de nuestra vida para llegar a un rumbo determinado. No conseguimos valorar los sucesos con la profundidad suficiente para formar nuestra propia opinión. Caemos en manos de los grandes imperios mediáticos que dibujan y manipulan nuestra propia concepción de la realidad a su antojo. Nos intoxican de ideas llenas de prejuicios y venden un presente desdibujado en el que todo lo que tenemos a nuestro alrededor está manchado por la corrupción. Manipulan términos y confunden conceptos básicos para favorecer siempre al que menos lo necesita.

Comenzaremos a ejemplificar en el caso de la palabra violencia. Los dueños de la información otorgan esta palabra a cualquier reivindicación o persona que lucha para no perder aquello que el rico le quiere quitar. Todos vemos en televisión, radio, internet... que cuando hay alguna protesta ciudadana y arde algún que otro contenedor, los medios tachan de violenta a la ciudadanía. Pues bien, ¿Deberían hacer el mismo uso de la palabra cuando se informa de la intención de deshauciar a una familia sin recursos? La violencia institucional está muy presente en este Estado. Cada persona que vemos buscando algo que echarse en la boca en un contenedor, es víctima de la violencia institucional actual, ya que si los políticos realizaran un buen trabajo en los despachos, el obrero jamás moriría de hambre en una sociedad occidental como esta. Hay miles de casos violentos que se ocultan día a día, familias a las que les niegan la Ley de Dependencia, las víctimas del Metro de Valencia que se reunen cada día 3 de cada mes para clamar justicia, los deshaucios en los que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca está presente para evitarlos, todos aquellos estudiantes que abandonan la universidad año tras año por no poder hacer frente a las violentas tasas que ha establecido el Gobierno...


En conclusión, no hay que permitir que las grandes herramientas del sistema capitalista nos manejen a su antojo. La información reside en la voluntad de cada uno, de querer leer, escribir, ver películas o documentales. No se puede dejar un diamante en bruto como es nuestro cerebro en manos de buitres y carroñeros.

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